Estoy tremendamente jodida porque te quiero, porque doy vueltas y vueltas por las calles a ver si te veo, porque cuando me cruzo contigo me da una taquicardia, porque no hay día que no pare de pensar en ti y preguntarme si tú estás haciendo lo mismo, porque ardo en deseos de tirarme a tu cuello, comerte a besos y decirte al oído que quiero compartir mi vida contigo y escuchar lo mismo de tu boca, porque recuerdo nuestro primer beso, precioso, nuestras conversaciones, nuestros silencios, risas...
Porque me has hecho daño, me has utilizado, no me has valorado y has jugado conmigo sin importarte mis sentimientos, porque me has tratado como un pañuelo de usar y tirar, porque he pasado horas esperando que cumplieras tu promesa de quedar conmigo y días llorando porque nunca la cumpliste, porque he aprendido a valorarme y a decir basta de llantos que no merecen y de horas perdidas pensandote...
Por todo eso, ahora tengo que fingir que me das igual y que somos dos extraños que uno del otro nunca han sabido. Tengo que fingir que no te quiero.