Hace cuatro años colgaba esta entrada (ESTA ES) contando mi experiencia fallida en el Irish Rover de Madrid, un pub irlandés al
que mis amigas y yo teníamos unas ganas locas de ir y al que, por desgracia,
por nuestra corta edad, no pudimos (más bien no nos atrevimos) entrar.
Hoy, después de tanto tiempo, por fin puedo decir que he
estado en el Irish Rover de Madrid, con otra gente, con otra mentalidad, de
otra forma a la que hubiera estado años atrás, pero, eh, una cosa más que
tachar de mi lista de cosas pendientes.
Ahora sí que puedo contar una experiencia más realista y
decir que el pub es genial: enorme, muy buen ambientado y con muy buena música
(ochentera y rockera, nada de reggaetón). El ambiente que se respira es de
gente que va allí tranquilamente a tomarse unas cervezas y estar con los
amigos, para nada un ambiente discotequero, y aunque la media de edad seguía
siendo alta para mí, disfruté como una enana. Si hay que ponerle alguna pega,
los precios, a mi parecer algo elevados si te sales de la carta de cervezas.
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