A veces el día empieza vacío de esperanzas,
y las cosas van de mal en peor.
La oscuridad te supera,
nadie te entiende,
el mundo es una máquina sorda,
sin sentido ni lógica.
A veces esperas, y esperas, y esperas, y esperas,
y esperas y esperas, y esperas,
pero no ocurre nada.
Y entonces todos tus problemas aparecen de golpe,
ves pasar de largo cosas maravillosas,
los más espantosos destinos resultan inevitables.
A veces no tienes ni idea de qué debes hacer,
ni de quién se supone que eres,
ni de dónde estás,
y parece que el día va a terminar igual que empezó.
Pero de pronto ahí está,
delante de ti,
rebosante de color y vida,
esperándote,
tal como lo imaginaste.