Una frase que ahora,
tras mi relectura de “Así habló Zaratustra” que tanto tiempo llevaba queriendo
hacer, resuena en mi cabeza.
Soy un campo de
batalla, porque dentro de mí discurren multitud de ideas que se confrontan
entre ellas. Y éstas entre mis sentimientos. Los hombres somos seres que
continuamente afrontamos una lucha interna entre lo que se debe hacer, y lo que
queremos hacer; entre el bien y el mal.
Soy un campo de
batalla porque soy una persona activa, que jamás se rinde ante los ejércitos de
adversidades, que siempre estoy luchando por mis metas, por ganarle la batalla
al “no puedo”. Que puedo elegir cómo vivir mi vida a cada instante sin dejar
que el destino me sorprenda.
Me encanta Nietzsche
porque en tan sólo una frase te puede transmitir multitud de sensaciones, y
dependiendo de la persona que seas lo interpretas de una manera u otra. Dentro
del contexto de esta obra maestra que es “Zaratustra”, probablemente encaje más
la primera descripción. Sin embargo, hoy, para mí, la segunda connotación es la
que más prefiero.
Nunca me deja de
sorprender este libro. A cada lectura interpreto una cosa distinta… ¿Qué tal
una re-relectura?