
Vi un coro de señores con traqueoestomías, cantando gracias a su esfuerzo, mujeres con masectomías con una vitalidad que asustaba, personas que han tenido tumores cerebrales como organizadores de toda aquella actividad para que realmente se conociera su caso, para ayudar a personas que estaban perdidas, que necesitaban ayuda, a las cuales también vi allí.
Pero sobre todo vi a mucha gente con ganas de luchar, agradecidos por seguir aquí. Nunca vi a tanta gente junta que, en vez de compadecerse por su caso, se unen, ríen, son felices, cuentan su experiencia y te ayudan con una sonrisa. Realmente me emocioné, me hizo despreciarme a mi misma por no amar lo que tengo y hacerme la infeliz al desear lo que no tengo.

Una cosa que se me quedó grabada a fuego fue unas palabras que me dijo Óscar, organizador de las ponencias sobre tumores cerebrales y paciente de éstos "El cirujano me operó, pero si hay alguien que me hizo sentir una persona y no un número de cama, fueron las enfermeras" GRACIAS.
Y aquí un poema que está atribuido a Pablo Neruda, muy oportuno para la ocasión, que indica precisamente lo que aprendí el otro día durante el Congreso.